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Diagnóstico Clínico
Un buen diagnóstico médico debe de comenzar por una anamnesis detallada y exploración física completa. En la actualidad, cada vez se les da menos importancia a estos dos pilares del diagnóstico, dada la gran facilidad para emplear tecnología y el poco tiempo que se dedica a la consulta médica.
La anamnesis es la obtención de los datos subjetivos proporcionados por el paciente en la entrevista clínica, mientras que la exploración física es la observación y obtención de datos objetivos del examen médico.
A través de una buena exploración, que incluya una adecuada inspección, palpación, percusión y auscultación del paciente; registro del peso, talla, índice de masa corporal y signos vitales, acompañado todo ello de la anamnesis previa, se puede en muchas ocasiones establecer un diagnóstico sin la necesidad de realizar pruebas clínicas complementarias en muchas ocasiones muy costosas y a veces no sin riesgos para el paciente.
Estos dos pilares del diagnóstico son además esenciales para establecer la confianza en la relación médico-paciente, dado el estrecho contacto físico que se establece entre médico y paciente en la realización de ambos procesos. Esta confianza es además muy importante para su buen diagnóstico, administración y seguimiento del tratamiento y llegar al restablecimiento de su salud.
No obstante, cuando no se puede llegar a un diagnóstico o queremos confirmar nuestro juicio clínico, disponemos de pruebas complementarias de imagen y laboratorio. En las próximas páginas describiremos cada una de ellas y su utilidad diagnóstica.